martes, 28 de junio de 2011

¿Qué disfrazan los problemas de conducta?

En esta semana se acercó a la consulta una mamá preocupada por los reiterados llamados de atención que recibía su hijo en al escuela.
Estos llamados de atención son originados por conductas muy diversas. Por que se levanta muchas veces durante la clase, pero no es todos los días, se distrae y no realiza las tareas, pero no tiene ninguna dificultad de aprendizaje. La mayoría de las veces se le llama la atención por agredir a un compañero. Estas agresiones pueden ir desde pegar, escupir, gritar alguna que otra palabra inadecuada a sus compañeros y a los docentes. Varias veces intentó amenazar a la maestra, tirándole un cuaderno, un borrador o una silla.
Los episodios se originan por las cuestiones más diversas que no justifican sus reacciones.
Un día estando en el patio ante el insulto de un compañero, este niño reaccionó queriéndole pegar, los docentes que estaban allí intentaron separarlo de su compañero, al hacerlo por supuesto, forcejeaba y se tiraba al piso. El episodio terminó como suelen terminar todas estas manifestaciones, con el niño sentado en la dirección. Y al otro día, vuelta a lo mismo, si persiste se cita a los padres y luego se lo deriva al Equipo de Orientación.
Ante un caso como este es frecuente escuchar ciertas explicaciones sentimentalistas de que “ el chico tiene muchos problemas en casa y por eso es así”. No lejos de la realidad algo de esto tiene que ver, y no se advierte que el problema radica en una compleja red de relaciones.
En el desarrollo de este niño hubo por parte de su ambiente una falla que provocó una distorsión en su desarrollo emocional, por lo tanto al portarse mal intenta que este ambiente-escuela repare su falta anterior, lo hace poniéndolo a prueba en cada episodio que provoca.
Lo que el niño hace al “portarse mal” es poner en actos lo que no puede decir con palabras, ya que no cuenta con los recursos simbólicos necesarios para hacerlo. No sabe lo que nos intenta decir pero lo hace.
Nosotros adultos contamos con algunas herramientas como para descifrar el mensaje, y preguntarnos ¿qué está necesitando este niño de mí?
Cualquier niño tenga o no problemas necesita confiar en otro, y esta confianza se basa en un mínimo de aceptación no reflexionada de la palabra del adulto, con más razón entonces los niños que han sufrido carencias de este tipo en su ambiente, necesitan esta actitud de nosotros, aceptan cuando les decimos que NO, por que confían en nosotros, por que nos creen y nos quieren, aun antes de comprender por qué les decimos que No.
Los niños con problemas de conducta nos piden un freno a su acción transgresora, piden que se los ayude. Los problemas de conducta son un síntoma, es decir un mensaje implícito.
Los docentes en la escuela no cuentan las herramientas que ellos necesitan para resolver sus conflictos internos, pero si saben de qué se trata, de lo que les pasa la actitud cambia completamente. El dialogo entre el docente y los padres tiene que apuntar a escucharse, comprenderse y aunar criterios para poder ayudarse en estos conflictos, sin buscar culpables.
Evidentemente estos niños necesitan una intervención terapéutica por fuera del marco escolar, pero no por esto la escuela deja de ser partícipe de este problema, puede acompañarlo desde la búsqueda de estrategias diversas que mediaticen entre , lo que el niño necesita y lo que la escuela puede brindar.
Lic. Laura L. Leva